Ya está aquí, ya llegó la Navidad,
aunque lleva presente algunos días más: desde que las tiendas fueron decoradas,
desde que empezaron con los anuncios en la
televisión, o desde que encendieron las luces en las ciudades de todo el mundo.
Eso sí que marca el inicio de las fiestas. En concreto en Madrid se encendieron
el 29 de noviembre, y estarán hasta el 6 de enero, tiempo en el que la capital
estará sobreiluminada, con una factura para los madrileños de 1.597.279 euros
(según dicen), aunque con un ahorro respecto al año pasado del 16% (según
dicen, también).
Ya tenemos las luces de Navidad |
Cuando
antes ponía que la ciudad va a estar sobreiluminada, lo cierto es que lo estará
más todavía, porque sobreiluminada está prácticamente todo el año, como
cualquier núcleo urbano del mundo. Este exceso de iluminación, sea 25 de
diciembre o 21 de agosto, es lo que provoca la contaminación lumínica. Es un problema muy grave, que cuando lo
escuchamos minimizamos. Pensamos que la única consecuencia es que no podemos
ver las estrellas.
Está causada, entre otras cosas,
por la utilización de una iluminación que resulta excesiva para las necesidades
que hay que cubrir, o por utilizar sistemas de iluminación poco adecuados, como
farolas que dispersan la luz en todas direcciones en vez de dirigir la luz
donde sea necesario. Además, el uso de farolas que dispersan la luz hace que se
necesite más intensidad para iluminar correctamente, por lo que estos motivos
van un poco unidos.
Menudo resplandor, no hace falta que enciendas las luces del coche |
Como
podéis ver en la foto de arriba, si es que conseguís distinguir algo, es un
núcleo urbano por la noche. Se podría pensar que es una gran ciudad, pero todo
este resplandor sale de un municipio de 24.079 habitantes, La Oliva, situado en
Fuerteventura. No se trata de una gran ciudad, y el daño que hace al cielo
nocturno es brutal.
Pero que no podamos ver las
estrellas no es el problema más grave (aunque es una pena). Influye en la salud
humana alterado los ritmos del sueño, y además puede provocar fatiga visual,
incluso ha sido la causa de choques entre un ferry y un carguero.
También
tiene efectos negativos sobre los animales, como por ejemplo los insectos, que
abandonan su hábitat atraídos por la iluminación artificial, o las aves
migratorias, que utilizan las estrellas para orientarse.
Como habéis podido ver (muy por
encima), la contaminación lumínica es un problema muy grave y que causa muchos
transtornos, además del despilfarro energético que acarrea.
Península Ibérica por la noche |
Con esta imagen de la Península
Ibérica iluminada, desde la Asociación Celtaia os deseamos a todos feliz
Navidad.
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