La Asociación Juvenil Celtaia, es una organización sin ánimo de lucro (ONL) cuyo fin es promover la concienciación y sensibilización ambiental. Para ello tratamos de inculcar el respeto por el entorno que nos rodea y sus habitantes.
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Seguro que habéis oído muchas
veces la frase “ya no se hacen las cosas como antes”, o “antes las cosas se
hacían para que durasen”, y es verdad. Antes las cosas se hacían para durar
mucho tiempo, y ahora se hacen para que duren lo justo y haya que
reemplazarlas, de manera que las empresas que nos las venden se aseguran
beneficios de manera constante.
Esto tiene un nombre, obsolescencia programada, que es la
programación del fin de la vida útil de un producto o servicio, de modo que
tras un periodo de tiempo calculado por el fabricante, el producto quede
obsoleto, no funcional, inservible o inútil. Es un concepto que surgió después
de la crisis de 1929, con la excusa de animar al consumo e incentivar las
ventas. No sólo afecta a nuestro bolsillo, también tiene graves consecuencias
para el medio ambiente.
Un ejemplo de obsolescencia programada son las
bombillas. A principios del siglo XX una bombilla tenía una vida útil
certificada de 2500 horas. Lo lógico hubiera sido que la tecnología avanzara
consiguiendo bombillas más duraderas, y de hecho es posible, pero 100 años
después su vida útil es de unas 400 horas (aunque las nuevas bombillas de bajo
consumo pueden durar mucho más).
Esta bombilla lleva funcionando
desde 1901. En 2002 se certificó que llevaba 800.000 horas encendida
Otro ejemplo es el nylon. Lo
primero que se nos viene a la cabeza son las medias que se rompen con mirarlas,
pero en 1939, cuando fue fabricado por primera vez, fue una revolución al ser
prácticamente irrompible. ¿Qué pasó? Pues que si no se rompían, se frenarían
las ventas. Resultado: se desarrolló un material más débil, el que ha llegado a
nuestros días.
En los últimos años parece que
nos hemos empezado a dar cuenta de esto principalmente gracias a los aparatos
electrónicos como los teléfonos móviles, que tienden a romperse cuando nos va a
cumplir la permanencia con nuestra compañía, y tenemos que adquirir uno nuevo,
aunque también sucede con los electrodomésticos. Antes, los electrodomésticos
duraban más. Una lavadora podía durar 20 años tranquilamente, con alguna avería
fácilmente reparable. Ahora si llegan a 10 es un triunfo. Falla una pieza que
curiosamente vale más repararla que comprar una lavadora nueva, por lo que nos
deshacemos de la lavadora antigua y compramos una nueva. Con esto, podemos
añadir a la frase de “antes las cosas se hacían para que durasen”, la coletilla
“también se hacían para poder ser reparadas”.
Pues bien, las consecuencias de
todo esto son la sobreexplotación de recursos, y la generación de residuos, que
dan lugar a imágenes como esta:
Montaña de residuos electrónicos
Vamos a ver muy por encima las
consecuencias que tiene la obsolescencia programada con los productos
electrónicos, ya que son los más susceptibles de ser programados:
En cuanto a los materiales que
forman sus componentes, en muchos casos son muy escasos, y además muchas veces
proceden de zonas en conflicto, precisamente generado por la extracción de los
minerales que van a ir a parar a los aparatos electrónicos, como son el estaño
o el tantalio.
El otro gran problema de la
obsolescencia programada es la enorme cantidad de residuos que se generan, pero
más que las montañas de restos de ordenadores, impresoras o televisiones (que
es muy grave), es la peligrosidad de estos desperdicios, ya que contienen
componentes tóxicos, como compuestos halogenados, metales pesados, dioxinas, e
incluso sustancias radioactivas.
Además, como agravante, estos residuos suelen acabar
en países del tercer mundo, en vertederos sin medidas de seguridad que
contaminan el terreno sobre el que están depositados, filtrando componentes
tóxicos al subsuelo y acuíferos, y poniendo en peligro la salud de la
población, que recogen estos restos para sobrevivir, por lo que tratan de
extraer materiales sin ninguna medida de seguridad poniendo en riesgo su vida.
Niños recogiendo residuos de aparatos eléctricos y electrónicos
Pues
esta es la historia de la obsolescencia programada contada a mi manera. Si os
ha resultado interesante, o si os queréis enterar mejor de qué va todo esto,
podéis ver el documental “Comprar, tirar, comprar”:
Los
desiertos y su avance son uno de los problemas ambientales más graves del siglo
XXI, según Naciones Unidas, ya que afecta al modo de vida de millones de
personas. Un desierto es un área de la superficie terrestre total o casi
totalmente deshabitada, en la cual las precipitaciones casi nunca superan los
250 mm (o l/m2) al año, y el terreno es árido (esto supone que
pierden más agua por evapotranspiración de la que reciben). Suponen
aproximadamente el 30 % de las tierras emergidas.
Típico desierto: inmensidad de arena
Respecto al avance de los
desiertos, conviene aclarar dos conceptos que se suelen confundir: desertización y desertificación:
La desertización es un proceso evolutivo natural, que se da en una determinada región por sus
características morfológicas, climáticas y ambientales, que favorecen que dicha
región se convierta en un desierto. Repito, es un proceso evolutivo natural, en el que no interviene el
hombre.
La desertificación, en cambio, es la degradación de tierras causada
por varios factores, entre ellos la actividad humana, como el sobrepastoreo, la
deforestación y el exceso de cultivos, además de un descenso en las
precipitaciones.
En esta foto se ven perfectamente los grandes desiertos
Es un problema muy grave, y
España es especialmente vulnerable por sus condiciones, asociadas a los
procesos de desertificación:
Clima semiárido en grandes zonas,
sequías estacionales, extrema variabilidad de las lluvias y lluvias súbitas de
gran intensidad
Suelos pobres con marcada
tendencia a la erosión
Relieve desigual, con laderas
escarpadas y paisajes muy diversificados
Pérdidas de la cubierta forestal
a causa de repetidos incendios de bosques
Crisis en la agricultura
tradicional, con el consiguiente abandono de tierras y deterioro del suelo y de
las estructuras de conservación del agua.
Ocasional explotación
insostenible de los recursos hídricos subterráneos, contaminación química y
salinización de acuíferos.
Concentración de la actividad
económica en las zonas costeras como resultado del crecimiento urbano, las
actividades industriales, el turismo y la agricultura de regadío, lo cual
ejerce una intensa presión sobre los recursos naturales del litoral.
La combinación de factores y
procesos como la aridez, la sequía, la erosión, los incendios forestales, la
sobreexplotación de acuíferos, etc., da origen a los distintos paisajes o
escenarios típicos de la desertificación en España.
Mapa que muestra el riesgo de desertificación en España (haz click aquí para verlo más grande)
Como se puede ver en el mapa,
España está seriamente amenazada, pero existen medidas que pueden parar, o al
menos mitigar en parte la desertificación, evitando las consecuencias que tiene
sobre el entorno y los habitantes de las áreas afectadas. Para ello se requiere
un cambio de actitud en los gobiernos y en la población, para que la cultura de
la prevención se consolide, no sólo en cuanto a prevenir la desertificación,
también para tratar de evitar cualquier otra agresión innecesaria al medio ambiente.
Para evitar la desertificación es
necesaria una buena planificación de los usos del suelo en la que se incluya la
gestión de los recursos hídricos, planificación de actividades agrícolas y
ganaderas menos agresivas, aplicar técnicas agrícolas de barbecho, plantar los
cultivos adecuados según las condiciones del suelo, etc. En cuanto a las
tierras que ya se están degradando, se pueden recuperar restaurándolas y
fertilizándolas, combatir la erosión con barreras que la protejan de los
vientos, y una medida muy importante, evitar eliminar la vegetación, o en caso
de que esta vegetación ya haya desaparecido, reforestar para evitar la erosión,
ya que la vegetación fija la tierra.
Este es un brevísimo resumen del
problema y posibles soluciones del avance de los desiertos. Aún así, espero que
sirva para que podamos comprender la gravedad de este problema, ya que lo
estamos sufriendo casi sin darnos cuenta.
Las especies invasoras son
animales, plantas u otros organismos que han conseguido establecerse fuera de
su área de distribución natural, expandiéndose y dañando a los organismos
autóctonos.
Las invasiones son movimientos en
el seno de la biosfera, que está constituida por millones de especies, y está
estructurada en ecosistemas organizados y dinámicos. Esto provoca que las
especies compitan por el territorio y por expandirse, por lo que de manera
natural se producen las invasiones. Al principio, cuando una especie está
expandiendo su área de distribución, es teóricamente una especie invasora.
El problema surge cuando las invasiones se producen
por la actividad humana. Desde hace unos años los ecólogos constatan una uniformización creciente de las faunas
y floras regionales, asociada a la transformación general de los hábitats. Esta
uniformización u homogenización biótica se debe a una expansión de una minoría
de especies y la reducción de la mayoría de otras.
Jacinto de agua colapsando el Guadiana
La vulnerabilidad de los
ecosistemas a las especies exóticas viene determinada por dos factores, que son
las dimensiones del ecosistema y el aislamiento. Cuanto más pequeño o aislado
esté un ecosistema, más frágil es. Un tamaño pequeño hace que las especies
exóticas puedan colonizar más rápido el área, desplazando a las especies
autóctonas con más facilidad. En cuanto al aislamiento, es determinante porque
especies que no han tenido contacto con otras especies en mucho tiempo, son
vulnerables que las exóticas ya que no les ha hecho falta ningún mecanismo de
defensa que facilitara su supervivencia, ya que su ecosistema estaba en
equilibrio, frágil, porque puede ser roto por cualquier especie exótica que
consiga adaptarse.
Es preciso explicar que los
puntos en común de las especies en expansión, (que consideramos invsasoras), no
es que sean exóticas, si no que son especies generalistas, poco exigentes en
cuanto al hábitat, clima o nutrición, son especies adaptadas a medios
antropizados ricos en nitraros u otros residuos orgánicos, y tienen gran
capacidad de dispersión.
Como ya se ha comentado en el post, el problema real
deriva de las especies introducidas por el hombre en un ecosistema ajeno, y
puede producirse de manera intencionada o de manera accidental.
De manera intencionada se
introducen con fines que pueden ser: producción de alimentos, madera, mejora
del suelo, jardinería, o actividades de caza y pesca, o como mascotas. Un
ejemplo es la introducción del salmón para la pesca, o el Jacinto de agua, como
planta decorativa.
De manera accidental, sucede
normalmente en medios de transporte, como por ejemplo los barcos. Uno de los
ejemplos más conocidos, y extendidos por todo el mundo, es el mejillón cebra.
Tortugas en el estanque de la estación de Atocha
La imagen de arriba representa
muy bien la introducción de especies como mascota. Según dónde mires verás una
cifra distinta, pero entre 150 y 300 tortugas viven en el estanque del
invernadero de la Estación de Atocha. Al menos estas tortugas están abandonadas
en un estanque, pero a saber cuántas tortugas y otras mascotas de origen
exótico son abandonadas en la calle o en el campo. Muchas de estas mascotas
consiguen establecerse en su nuevo hábitat.
También ocurre con muchas
plantas, normalmente utilizadas para decoración de nuestras casas y también de
las ciudades. Un ejemplo conocido es el jacinto de agua, utilizado para decorar
acuarios, o el plumero de la planta, introducido como planta ornamental, y que
podemos ver en muchas ciudades y pueblos de nuestra geografía.
Para terminar, vamos a ver una especie que aunque no
nos demos cuenta, ha sido introducida por el hombre prácticamente en todo el
mundo, y que a pesar de su apariencia, ha causado graves daños ecológicos en
muchos lugares en los que se ha establecido.
En efecto, el gato es una especie invasora
Aunque no lo creáis es cierto, el
Felis catus, más conocido como gato,
es una especie invasora en gran parte del mundo, y de las más dañinas. El gato
es invasor en cualquier hábitat donde su ancestro, el gato montés, no existía.
Es uno de los carnívoros más eficientes, y el mayor problema es que no caza
sólo para alimentarse.
Si queréis más información, está
disponible el Delivering Alien Invasive Species Inventories for Europe
(DAISIE), un inventario de las especies invasoras introducidas deliberadamente
en Europa. Lo podéis consultar en http://www.europe-aliens.org/