martes, 17 de diciembre de 2013

Soylent, ¿cómo sería el comer sin comer?

Hace poco vi el documental Soylent: How I Stopped Eating For 30 Days (Soylent: cómo dejé de comer durante 30 días). En él, el periodista Brian Merchant deja de comer durante 30 días para alimentarse exclusivamente de Soylent. Durante esos 30 días investiga qué es, quién lo ha inventado, y cómo lo producen, entre otras cosas, mientras sufre las consecuencias, tanto positivas como negativas de su experimento.


Aquí tenemos a Brian "comiendo"
El Soylent es un sustituto de la comida salido de la cabeza de un joven ingeniero, Rob Rhineheart, y que al menos predica con el ejemplo, ya que según afirma, se alimenta exclusivamente de su creación, y pretende que todos hagamos lo mismo.

Su argumento es que como la población mundial aumenta sin parar, con el fin de evitar el hambre y la sobreexplotación de las fuentes de alimento, su producto es la salvación, hasta el punto que considera que en unas décadas, debería haber un grifo de Soylent junto al de agua en las casas.

Rob Rhineheart preparándose la cena
Aunque teóricamente contiene todos los nutrientes necesarios para una alimentación equilibrada, como no soy nutricionista no puedo opinar de las consecuencias en la salud, pero como se puede ver en el documental, el propio Brian en su experiencia llega a adelgazar 4 kg y sufre dolores de mandíbula al no usarla.

Tampoco puedo hablar del impacto económico que se produciría en el hipotético caso de que se abandonara la producción de alimentos que actualmente se da en el mundo, puesto que tampoco soy economista, pero lógicamente si podemos hablar de que existirían consecuencias económicas y un impacto laboral muy negativo con una gran pérdida de puestos de trabajo, que son muy difícilmente reubicables en otros sectores y tampoco asumible por la teórica nueva industria surgida por el producto.

¿Tendría impactos ambientales negativos el cese de toda actividad que proporcione alimentos? Es una pregunta interesante, y de difícil respuesta. Teóricamente, las áreas dedicadas a explotaciones agrícolas y ganaderas volverían poco a poco a su estado previo.

Uno de los principales impactos de la agricultura y la ganadería es la sobreexplotación del suelo, lo cual lleva a su empobrecimiento y degradación, y en el peor de los casos a la desertificación del mismo: la sobreexplotación también nos lleva a su contaminación mediante el uso de fertilizantes. Por un lado, usamos los fertilizantes simplemente para aumentar la productividad, y a la vez, este aumento en la productividad hace que al sobreexplotarse, necesite el uso de más fertilizantes para recuperar el rendimiento perdido, una especie de círculo vicioso. También se usan pesticidas para aumentar el rendimiento de las cosechas, evitando plagas o paliando sus efectos.

Explotación agrícola a pleno rendimiento
El problema del uso de fertilizantes y pesticidas viene en gran medida por su uso excesivo y abusivo. Los componentes, en muchos casos nocivos para muchas plantas, animales y para la salud humana, pueden contaminar suelos y acuíferos, además de estar presentes en los alimentos que tomamos.

El caso de la pesca tiene dos variantes. Por un lado está la pesca en estado salvaje, que es la causa del agotamiento de los caladeros, y la más que posible extinción de alguna especie como el atún rojo por sobrepesca. Por otro lado, está el pescado criado en piscifactorías. Las piscifactorías pueden contaminar el ambiente acuático cercano, ya que en un área muy pequeña se concentran muchos peces que deben ser alimentados. Estos alimentos, además de los fertilizantes añadidos, y los excrementos de los peces, son una fuente de contaminación muy importante en caso de no tratarse adecuadamente.

Es de esperar que si la agricultura, la ganadería y la pesca desaparecieran por completo, sus impactos ambientales desaparecerían, y las áreas dedicadas a estas actividades poco a poco recuperarían su estado natural.

Sin embargo, que no haya que producir alimentos tradicionales no hace desaparecer por arte de magia los impactos ambientales derivados de la producción de alimentos, ya que los componentes del Soylent, tendrán que obtenerse de algún sitio, por lo que no desaparecerían los impactos ambientales, simplemente serían sustituidos por otros impactos diferentes.

Y vosotros, ¿dejaríais de comer para alimentaros sólo de Soylent, no lo probaríais, o tendríais un poco en casa por si acaso os hace falta un día?

Si os ha resultado interesante, os dejo el vídeo para que podáis verlo:


Podéis activar los subtítulos, por si el idioma de Shakespeare os causa algún problema. Para ello, con el vídeo en pantalla completa tenéis que dar al botón que pone cc, abajo a la derecha, y seleccionar los subtítulos en español.

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